El uso de blockchain en logística. Más allá del hype, hacia una cadena de suministro más transparente y segura

Categorías: Sectorial

3 de junio de 2025

El blockchain ha ido evolucionando y se ha convertido en mucho más que en esa tecnología que se empezó a utilizar en el universo de las criptomonedaspara registrar las transacciones económicas. Ahora ha pasado a convertirse en una herramienta estratégica para muchos sectores como, por ejemplo, el sector logístico. Pero para que su adopción tenga un impacto real en la gestión de la cadena de suministro, es necesario comprender de qué forma puede realmente aportar valor a la logística, para poder aplicarlo adecuadamente.

El blockchain es, técnicamente hablando, un sistema descentralizado de registro inmutable.  Funciona como su nombre indica, como una cadena de bloques, de tal manera que cada transacción o evento relevante se almacena como un bloque conectado al anterior, formando una cadena que no puede alterarse sin el consenso de todos los participantes. Esta característica, tan importante, permite registrar información con altos niveles de trazabilidad, transparencia y confianza, incluso entre actores que no necesariamente confían entre sí.

Uno de los principales retos históricos de la logística es precisamente la falta de visibilidad y coordinación entre los distintos eslabones de la cadena de suministro. La información fragmentada, los documentos en papel, los errores manuales y la falta de sincronización pueden generar ineficiencias, sobrecostes y riesgos de fraude. Aquí es donde el uso del blockchain puede marcar la diferencia.

El blockchain permite construir un registro compartido y auditable de todo el recorrido de un producto, desde el proveedor inicial hasta el cliente final. Esta trazabilidad integral no solo mejora la eficiencia, sino que también responde a las crecientes exigencias regulatorias y de sostenibilidad.

Sectores como el farmacéutico, el alimentario o el de productos perecederos ya están experimentando e implementando estas soluciones para garantizar la autenticidad, reducir el desperdicio y mejorar la gestión de retiradas.

Otro aspecto menos mencionado, pero igual de estratégico, es la capacidad del blockchain de mitigar riesgos reputacionales y financieros. Con el uso de esta tecnología de bloques, es posible identificar con precisión el origen de una disrupción (por ejemplo, un proveedor que incumple estándares de calidad o laborales), lo cual permite poder actuar de forma quirúrgica en ese eslabón, pero sin tener que afectar a toda la cadena.

Por otro lado, por ejemplo, al utilizar smart contracts (contratos inteligentes), los procesos logísticos pueden automatizarse y ejecutarse de forma segura si se cumplen ciertas condiciones predefinidas. Esto reduce la necesidad de intermediarios, minimiza los errores y agiliza el flujo de mercancías. Imagina un pago automático que se activa únicamente cuando un sensor IoT confirma la llegada de una carga en condiciones óptimas de temperatura: eso es otro ejemplo del blockchain aplicado con inteligencia a la logística.

Sin embargo, adoptar la tecnología blockchain no es un proceso inmediato y sencillo, si no que requiere la colaboración entre los distintos actores de la supply chain, la estandarización de datos y demanda una inversión inicial en infraestructura digital. La interoperabilidad entre sistemas y la escalabilidad tecnológica son barreras reales que deben abordarse.

Por lo tanto, el blockchain no es una solución mágica, pero sí una palanca potente para transformar la logística en una actividad más segura, eficiente y transparente. Las empresas que apuesten por proyectos bien enfocados -ligados a la trazabilidad, los contratos inteligentes o la integración con IoT- podrán ganar una ventaja competitiva notable.