El put away en los centros de distribución. Cómo mejorar su eficiencia

Categorías: Sectorial

4 de julio de 2025

Dentro de la logística moderna, hay procesos que, aunque no siempre visibles, son absolutamente cruciales, puesto que marcan la diferencia entre lograr la eficiencia o quedarse por detrás. Uno de esos procesos clave es el put away o, como diríamos en español, la ubicación de existencias, que puede parecer una cosa nimia pero que es muy importante a la hora de optimizar tiempos y cumplir plazos ajustados.

El put away comprende todos los procesos relacionados con la recepción, almacenaje y colocación en las estanterías de los productos para su preparación y expedición posterior. Este proceso comienza justo después de recibir la mercancía. En ese momento hay que decidir, de forma estratégica, dónde colocar cada producto dentro del almacén.

Puede sonar a tarea simple, pero hacerlo bien marca la diferencia, puesto que supone poder acelerar la preparación de pedidos, optimizar el espacio disponible y, lo más importante, reducir costos operativos. En cambio, hacerlo mal… puede ser el principio del caos.

Tradicionalmente los productos similares siempre se han colocado cerca de unos de otros para facilitar el picking. Sin embargo, los tiempos han cambiado y la logística moderna funciona de otra manera. Hoy en día, con la ayuda de los sistemas avanzados de gestión de almacenes (SGA), la ubicación de los productos se basa en los datos y en su análisis, por lo que la colocación de los productos puede realizar en base a: su rotación, tamaño, peso, nivel de peligrosidad, frecuencia de pedido, e incluso su compatibilidad con otros artículos.

Y es que un buen sistema de put away no solo ordena, sino que también piensa y busca siempre la mejora y la optimización. Por ejemplo, al clasificar los productos según su rotación (alta, media, baja), es posible asignar las ubicaciones más accesibles a los artículos de mayor movimiento. Esto reduce tiempos de desplazamiento tanto en el put away como en la recolección de pedidos.

Por otra parte, organizar los artículos más pesados en estantes bajos ayuda a disminuir los incidentes y accidentes. Y separar materiales incompatibles (como productos químicos y alimentos) es imprescindible para mantener la seguridad.

La asignación dinámica permite una mayor flexibilidad para aprovechar el espacio disponible. Aquí entra también en juego, el diseño eficiente del almacén. La disposición física del almacén debe minimizar distancias innecesarias y facilitar rutas lógicas y fluidas. El uso de tecnología puede revelar cuellos de botella y oportunidades de reorganización.

Por último, integrar el put away con los procesos de recepción y pronóstico de demanda asegura una operación más proactiva y menos reactiva. Anticipar el volumen y tipo de productos que ingresarán al almacén permite una mejor planificación de recursos y espacios. Establecer protocolos claros para la recepción y almacenamiento de productos y revisar regularmente los procesos ayudará a mejorar la eficiencia.

El put away es mucho más que “guardar productos”. Es una decisión estratégica que impacta directamente en la eficiencia del almacén y, por extensión, en toda la cadena de suministro. Apostar por una gestión inteligente de la ubicación de existencias es apostar por un almacén más ágil, seguro y rentable. Y en logística, eso es oro puro.